Tras alcanzar el océano nos merecíamos un descanso (o al menos yo) para observar con calma este paisaje, y así lo hicimos. Paramos a descansar.
De repente a lo lejos ,bordeando la banquisa helada algo se movía y se dirigía hacia nosotros. Un desconocido trineo tirado por sus exploradores perrunos se acercaba. Se trataba de un cazador Inuit que llevaba días vagando por estas tierras buscando cualquier animal que pudiese servir de alimento para su familia, pero, como? , otro trineo venía a lo lejos , y detrás otro y otro! . Cuatro trineos con sus cazadores y perros se cruzaban en nuestro camino. Vamos , que esto parecía una auténtica autopista de hielo. En unos segundos esto se convertía en una verbena . Gente parriba y pabajo , perros que se peleaban de forma muy agresiva con los perros de otros trineos y yo que no sabía que filmar con tantas cosas interesantes.
Encontrarse con “gente” en este lugar tan remoto era algo que había que celebrar y todos nos juntamos para conocernos y charlar un poco. Para mi decepción los cazadores hicieron piña y se pusieron a charlar de sus cosas en “Inuktitut”, su lengua original que evidentemente era imposible de entender, pasando de “los turistas exploradores”. Me puse muy nervioso, pues yo quería hablar con ellos , y yo venía realmente a eso, a conocer a estas gentes y no a turistas ni exploradores como yo y mis compañeros (con todos mis respetos). Después de acercarme disimulando poco a poco pensando en la manera mas respetuosa de “asaltar” y presentarme a los cazadores le eché valor y rompí el hielo metiéndome en su grupo para decirle no se qué cosa a Marious , nuestro cazador , y de esta manera improvisar para hablar con el resto, y así lo hice…
Las caras de los cazadores eran serias, entre otras cosas porque nadie me entendía, pues no hablaban inglés. Le dije a Marious que si les podía preguntar qué opinaban sobre el calentamiento global y el deshielo de “su mundo”, y después de que Marious hiciese de intérprete el cazador mas veterano se me acercó y me empezó a contar su opinión en inglés… Por supuesto yo ya llevaba un rato filmando disimuladamente con la cámara a la altura de mi ombligo para no intimidar. De aquella charla salió una de las entrevistas mas interesantes que hice en esta expedición y que pronto podréis ver en el documental.
Pese a que los tipos eran serios, muy serios, yo ya estaba en el corrillo y ya nadie me sacaba de allí, hasta que algo ocurrió…
De repente un de los cazadores dijo algo en voz mas alta y todos miraron hacia el océano. De golpe todos se pusieron nerviosos y se marcharon a buscar sus rifles dejándome solo. Segundos después los 4 cazadores se pusieron a correr como locos hacia el borde de la banquisa y claro, nosotros nos quedamos diciendo “qué carajo pasa?”. Por unos segundos me bloqueé, pero yo cámara en mano en un momento lo vi claro. No sabía lo que pasaba pero fuese lo que fuese había que filmarlo, y me puse a correr como loco tras ellos con la cámara en “Rec” al mas estilo persecución policial, mientras el resto de mis compañeros me miraban pensando “donde va este?”.
Correr sobre la nieve y encima filmando es todo un reto. Cada dos pasos la pierna se me hundía en la nieve hasta la rodilla y prácticamente caía de boca. Si pisaba hielo el resbalón también estaba asegurado y otra vez de boca…así hasta que los alcancé y al llegar al filo del agua los cazadores se tiraron al suelo y yo tras ellos sin dejar de filmar.
Tras unos segundos escondidos como gato que espera ratón, apareció la explicación a todo este jaleo….un par de focas se acercaban a la orilla nadando tranquilamente las pobres.
Pocos segundos después uno de los cazadores hizo una señal y 4 disparos hicieron blanco en las focas salpicando un buen chorro de agua en la superficie. Tras esto silencio… nada parecía moverse ni flotar en el agua pese a que habían hecho blanco si o si. De repente los cazadores se levantaron y empezó de nuevo la carrera hacía otra zona…noooo!! otra vez comenzó la persecución intentando seguir a las focas heridas. Así estuvimos durante unos 40 minutos y al final se dieron por vencidos. Las pobres focas se habían escapado posiblemente mal heridas.
La vida del cazador es así, unas se gana y otras se pierde. Posiblemente algún oso hambriento se aprovecharía de estas focas heridas para darse un festín a la salud del “Inuit Friend”. Buen festín amigo Oso!