En qué momento le fue concedida al hombre la capacidad de decidir sobre el resto de los seres vivos?
Al ser humano le gusta señalar… tú para darnos leche aquí encerrada, tú para morir en una plaza, tú para vivir en una jaula y que nos distraigas, tú para divertirnos dando saltos en la piscina, y tú….? para lo que a mi me de la gana….
parece que 7.000 millones de Dioses habitan la tierra…
Mis días en Rusia llegaban a su fin.
Durante mi expedición en estas frías tierras ,los guías me habían hablado sobre la posibilidad de bucear con ballenas “Belugas” , una especie que solo habita en las frías aguas del Ártico y con la cual es casi imposible bucear. Recordaba haber visto una Beluga en el Oceanográfico de Valencia, y me pareció un animal impresionante con el que seguro merecía la pena bucear y escuchar de bien cerca su resoplido saliendo a la superficie para respirar. Claro,no me lo pensé y dije “voy pa ya” y empezamos a organizarlo todo.
A la ballena Beluga se la llama “la sirena de los mares” , pues es un animal realmente sociable (que error…) que suele canturrear mucho emitiendo infinidad de sonidos.
Total, que a la mañana siguiente con todo preparado marchamos nuevamente mar adentro. Al cabo de un rato surcando el hielo llegamos a una zona mas bien escondida donde desde lejos se veían tres “grandes” Mainas en el hielo y….sorpresa… algo parecía salir a respirar cada poco…
Efectivamente eran las Belugas. 5 en total separadas entre machos y hembras. Tras unos minutos de excitación en los que me apresuré a acercarme al filo para tocarlas y SENTIRLAS me percaté de algo obvio…no estaban en libertad.
No entendía muy bien lo que pasaba,pues yo venía esperando un encuentro “salvaje” en mar abierto como otras veces había tenido la suerte de tener con delfines en Islas Galápagos por ejemplo.
Tras mucho observar y hacer algunas preguntas entendí todo. Por supuesto, no estaban en libertad. Habían preparado unas redes submarinas de 20x10x7 m. de profundidad, dentro de las cuales tenían a las Belugas separadas machos de hembras. Es cierto que las cuidaban bien,pero…no eran libres.
Después del chasco inicial , la verdad es que no reflexioné mucho sobre la situación y nervioso me empecé a preparar para meterme en el agua con ellas, y en pocos minutos cámara en mano salté al agua.
Poco tiempo hizo falta para que tras la emoción inicial todo cambiase. Era increíble bucear con estas bellas criaturas cuyo único interés aparentemente era jugar con el visitante. Te empujaban, se acercaban para que les tocases el morro, dejaban que te agarrases a ellas…alucinante. Mientras filmaba me daba cuenta de que en cuanto descontrolaba un poco mi flotabilidad me topaba con una red por abajo,una red por la derecha,una red por la izquierda,… de repente dejé de mirar a mis nuevas amigas y miré a mi alrededor. Hice un “zoom” con mi vista hacia atrás y se me cortó todo el subidón … no podía ser que dos enormes animales (tamaño coche, para que os hagáis una idea) estuviesen en un espacio tan tan pequeño. Si a mi (1,77m) se me hacía pequeño en cuanto me movía un poco imaginaos a ellas…
Total ,que me ocurrió algo que nunca me había ocurrido al ver un animal en cautividad…me invadió una enorme tristeza y pasé de ver un bello animal jugueteando conmigo a ver un triste animal lanzando quizás un mensaje de auxilio…
Pese a que muy pocas personas en el mundo han tenido la suerte de bucear con Belugas, solo 10 minutos duró mi buceo con las ellas , pues me tuve que salir. No pude continuar allí abajo.
Claro, los guías no entendían que hacía saliendo del agua, ya que habíamos hablado de bucear unos 50 minutos y la verdad,no quise explicarlo. Estaba muy “encendido” y preferí por respeto a su trabajo no opinar sobre la situación. Habían hecho un trabajo excepcional como guías durante los días previos y todavía estaríamos juntos un par de días más ,por lo que crear mal ambiente no me interesaba,por lo que opté por callar y no crear problemas y tensiones. Quizás hice mal,no se.
El resto del tiempo lo pasé asomado al filo controlando mi tristeza, tocando y dando besitos en el morro a mis nuevas amigas, a las cuales les olía la boca a pescao tela…
Y este fue mi último buceo en el White Sea. Mirar a los ojos de estos impresionantes criaturas fue un buen final para esta aventura,pese a que las circunstancias no eran las ideales…
Mi consuelo…. pensar que en mis siguientes etapas alrededor del Círculo Polar Ártico tendría la posibilidad de encontrarme nuevamente con ellas pero “de igual a igual” , LIBRES EN EL OCÉANO…
* Fotos 1,3,9 Andreas Jaschek / resto fotos Paco Acedo